Respetaré siempre al de afuera que al de adentro porque creo profundamente en la libertad. Y tanto he creído en ella, que siempre digo que la ejercito y me lo creo, y quiero eso mismo para todos los demás. Creo que lo más conveniente es pensar que somos una isla y que los isleños siempre viven pendientes del horizonte, queriendo trascenderlo. No es nada nuevo, así ocurrió desde el poblamiento inicial de la isla y fue una isla que se formó de la migración de otros pueblos y naciones, del abrazo que se dieron, a veces sangriento en el suelo de Cuba, los opresores y los oprimidos; conquistadores y conquistados. Y creo que la nación cubana es el fruto de esos encuentros y desencuentros, de ese ir y venir.
Martí vivió más tiempo fuera de Cuba que dentro de ella. Lejos de ella murió Heredia, por ejemplo. Otros como Céspedes y Agramonte iniciaron largos viajes para conocer el mundo. Y podría citarte muchos más.
Cada época tiene su signo y sus circunstancias. Yo no creo que por sí misma la migración tenga que ser considerada, y más hoy, un evento estrictamente político. Es un tema económico, es un tema familiar, o es un tema opcional. Yo creo que eso hay que respetarlo profundamente y creo firmemente que todo lo que limite, todo lo que dificulte ese libre ir y volver, es algo que debe extinguirse.
Los que han hecho armas contra Cuba, los que han derramado sangre cubana, los que han planeado hacerlo, deben ser los que no pueden volver. Los que han ido y han fundado y han creado y tienen en su Patria un punto de referencia, tienen una tumba a la que acudir, un pueblo al que volver, una madre a la cual besar, un niño que recuperar; todo eso, es para mí lo normal y lo natural.
Y creo que eso lejos de disminuir a la Patria , a la Nación , la amplía. Hay un bautismo de fe de cubanía que es muy importante, que es muy importante. Y yo creo que eso merece el mayor respeto. Y eso fue lo que plantee aquel día en la UNEAC , en medio de un debate, en que los temas culturales -como siempre-, están ligados a temas éticos, a temas de la política. La política es ética y no se puede hacer política sin la cultura o prescindiendo de ella.
Cuando la política prescinde de la cultura, es un artificio, se convierte en burocracia; se convierte, no sé, en cualquier cosa menos en eso. Entonces en medio de aquel debate, pues fue necesario dar una opinión y había que darla un poco en carne propia y decirla. Cada cual que lo haga.
Yo siento muchísimo orgullo de mis propios hijos que no están aquí y lo siento de mi madre y lo siento de mis abuelos, que fueron libertadores y luch
aron por la independencia de Cuba y soñaron con esa Cuba, que creo que nosotros hemos querido construir y que es una construcción inacabada. Porque hay todavía derechos de la Nación que no han sido conquistados. Hay todavía derechos de los cubanos por los cuales tenemos que seguir luchando.Dentro de ese concepto que se abre paso de la unidad en la diversidad, del respeto a la singularidad, del respeto al principio de que no puede haber unanimidad en todo, en este sentido, volviendo a tu pregunta, los que desean libremente ir y volver, que vayan y vuelvan. Siempre habrá los que decidan seguir haciendo la prueba, seguir haciendo la prueba de edificar, de construir. Y si es posible, que los que van y no olvidan, nos extiendan la mano. Me parece maravilloso