Cuánto tiempo y recursos va a costarle al país que los dirigentes cubanos entiendan que no es con rectificaciones de errores y tendencias negativas ,trabajos político ideolólogicos ni disciplina, exigencia , control ni atiborramiento de consignas como se va a lograr el crecimiento económico, sino con libertad económica
La esperanza depositada en megaproyectos como el del puerto del Mariel, sepultado bajo las telarañas del voluntarismo estatal, se ve frustrada ante la realidad de que el mundo de los negocios se rige por leyes que funcionan con independencia de la voluntad de los políticos.sean del signo político que sea
La "economía mixta", este engendro que intenta la revitalización del socialismo, tampoco funciona. En Cuba no hay mercado y la única contraparte que encuentran los inversores extranjeros es el Estado, con un capitalismo mercantilista conocido desde hace mucho tiempo por su ineficiencia y corruptibilidad. Mientras tanto, los trabajadores, esa figura tan importante y siempre olvidada en la ecuación, no piensan en trabajar y crear, sino en cuánto "se buscan" por vías ilegales en cada empleo.
Posiblemente estos tiempos no sean de convocatorias a la unidad de estos trabajadores no debe centrarse alrededor de un líder carismático con sus discursos y poses, tampoco esperando el visto bueno de cuadros del Partido que muchas veces fungen de camisa de fuerza al desarrollo económico y social de la nación,convirtiendo cualquier proyecto de relanzar nuestra economía en una especie de carrera con obstáculos como si no bastaran otros obstáculos externos ,bloqueo ,necesidad de obtención de productos y escasez de mercados .
El derecho a la propiedad sigue vetado a los ciudadanos cubanos con el argumento de que la propiedad estatal socialista sobre los medios de producción garantiza la igualdad, la independencia y la soberanía del país, y es precisamente la negación de este derecho fundamental lo que impide la independencia ciudadana y que la soberanía sea en realidad ejercida por el pueblo, lo que da por resultado que el desarrollo económico del país sea un chiste.
Pretender que funcione la economía en manos de burócratas encargados de predeterminar desde sus despachos refrigerados qué y cuánto se va a producir, a qué precio y cómo se va a distribuir, es la utopía dentro de la utopía, un capricho de señores trasnochados en glorias pasadas y jóvenes aprovechados que en realidad saben que el socialismo como forma de producción y distribución de las riquezas no funciona sencillamente porque donde no se crean riquezas no hay nada que distribuir.
Es por esta razón que se convoca a la piñata a inversores europeos, chinos y norteamericanos —capitalistas y eficientes por más señas—
El desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías son la clave del incremento de la productividad, y para que se produzcan, no basta con un cierto nivel educacional alcanzado, sino que es imperativo que el empresariado nacional acceda libremente a los recursos y las oportunidades que se les puedan ofrecer mediante leyes favorables a los pequeños y medianos emprendedores, estimulados por bajas cargas impositivas y con capacidad de importar y vender sus productos o servicios en el mercado nacional o en el exterior, sin intermediación del Estado.
Todo esto suena a liberalismo y sin duda lo es, pero parece ser la única alternativa viable para que la nación salga del empantanamiento en que la ha sumido tanto experimento socializante caprichos ,y no sigamos aferrados a los viejos manuales de Economía Política del Socialismo de Nikitin y asociados que no lo aplican ni quienes lo escribieron.
¿Hasta cuando?
¿Hasta cuando?