sábado, 10 de enero de 2015

Antonia(Ñica) Eiriz error imperdonable de mi ignorancia

Antonia(Ñica) Eiriz error imperdonable de mi ignorancia

2 de diciembre de 2010 a la(s) 10:26
Antonia Eiriz (La Habana, 1929 –Miami, Estados Unidos, 1995)
Ayer oí hablar de ella por primera vez ..tal vez porque como pasó con otros artistas del patio al decidir radicarse en otras orillas si no se censuró fue lanzada al piélago del olvido, me propuse investigar después de mostrar mi brutal ignorancia y despues de leer varios articulos por Internet me decidí a hacer este escrito.

Cursa estudios en la Escuela San Alejandro entre 1951 y 1957. En 1952 participa en su primera exposición colectiva junto a Manuel Vidal, Fayad Jamís, Guido Llinás y Antonio Vidal en el Salón de Actos de la Central de Trabajadores de Cuba. En 1957 realiza su primera exposición personal en la Iglesia de Paula, La Habana. Dos años más tarde interviene en el importante Salón Anual de 1959, Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana, donde se reúnen importantes figuras decisivas en el arte de los años 60. En el primer lustro de esa década es invitada a participar en importantes eventos como la Segunda Bienal Interamericana de México, la VI Bienal de Sao Paulo, en la que su trabajo obtiene mención de honor, entre otras. En 1962, inicia su trabajo como profesora, primero en la Escuela Nacional de Instructores de Arte (ENIA) de La Habana, hasta 1964 y entre 1965 y 1969 imparte clases en la Escuela Nacional de Arte (ENA) de La Habana. Primer premio en el Segundo Concurso Latinoamericano de Grabado, convocado por la Casa de las Américas en 1963, al año siguiente realiza en Galería de La Habana una de las exposiciones más importantes del momento por la calidad y fuerza del conjunto presentado. Es invitada a exponer la impactante muestra en el espacio dedicado a El Artista del Mes en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana y dos años después exhibe sus obras junto a Raúl Martínez en la Casa del Lago, Universidad Nacional Autónoma de México, México DF. Al año siguiente es invitada a participar en el XXIII Salón de Mayo de París. Recibe la Orden por la Cultura Nacional en 1981 y dos años más tarde, la Medalla Alejo Carpentier. En 1985 se presenta la exposición Antonia Eiriz, en el Espacio Cultural Latino-Americano, París, Francia y en 1989 se le confiere la Orden Félix Varela, la distinción más alta en el ámbito de la cultura otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba. En 1991 Antonia se presenta ante el público cubano con la muestra Reencuentro, Galería de Arte, Galiano y Concordia, La Habana y en 1994 obtiene la Guggenheim Foundation Fellowship, Nueva York, Estados Unidos. Después de su fallecimiento el Museo de Arte de Fort Lauderdale, Florida, organiza la exposición Antonia Eiriz: Tribute to a Legend, septiembre a noviembre de 1995.

Fallecida en Miami en 1995, ciudad a la que había llegado dos años antes, Eiriz sigue siendo una referencia sólida para cualquier pintor cubano residente o no en la Isla.Emblema del expresionismo, Eiriz fue profesora de varias generaciones de pintores, creó con libertad —como le dictó su personalidad desenfadada—, vivió intensamente y dejó una huella profesional que resiste las corrosiones del tiempo.Era un espíritu que era contrario a la monotonía y la rutina
los coleccionistas de arte cubano, y otros que tuvieron la suerte de conocer  su obra, la conocian como Antonia Eiríz, una extraordinaria artísta cuyas pinturas evocan la angustia tanto como el asombro.  Era conocía como Ñicana mujer tímida, sin pretensiones y supremamente compasiva, con una sonrisa de Mona Lisa y un punzante sentido del humor.

Con frecuencia la gente le preguntaban qué significaban sus pinturas. Ella nunca explicaba. "Mi pintura significa lo que tu ves en ella, decía  y sonreía. Para mí, lo que veo es dolor y amor, un amor por la humanidad tan grande que no puede soportar la inhumanidad del hombre contra el hombre" Cualquiera que sea el significado, pocos pueden quedarse sin conmoverse viendo sus cuadros.


Uno de sus oleos, “Entre líneas”, estuvo entre las 100 obras seleccionadas por J. Carter Brown, director emérito del National Museum of Art de Washington, D.C., para la exhibición global celebrando los Juegos Olímpicos de l996. En “Anillos: Cinco pasiones del arte mundial” en el High Museum of Art  de Atlanta, “Entre líneas” estaba colgado próximo a “El grito” de Edvard Munch y a un paisaje de Vincent Van Gogh. El día que yo visité la exhibición, vi a una pareja encontrarse súbitamente frente al cuadro de Antonia y quedarse boquiabiertos. “Entre líneas” apabulló a la gente, me dijo luego J. Carter Brown
Antonia no pudo ver ésa exhibición. Murió de un ataque masivo al corazón en marzo de 1995, algunas semanas después de saber que su cuadro había sido seleccionado. “Ella tenía un corazón muy grande”, dijo Manuel Gómez, su viudo. “Por eso fue que se rompió’’.
Antonia nació el 1o. de abril de 1929 en Juanelo, un vecindario de las afueras de La Habana, Cuba. Sus padres eran inmigrantes pobres, gallegos del norte de España, y ella la más joven de seis hermanos. Vivian en una casa humilde, de madera, construida por su padre. Allí ella creció, pintó y enseñó hasta que ella y Gómez vinieron a Miami a vivir conmigo en 1993.

Antonia pudo haber crecido de una forma convencional como sus hermanas. Pero a la edad de dos años se enfermó de polio y quedo con la pierna izquierda dañada. La enfermedad la marcó como “diferente” y le causó mucho dolor  tanto físico como síquico  para el resto de su vida.

En esos tiempos, desde luego, las mujeres se educaban para casarse y tener hijos. Las cinco hermanas Eiríz fueron enseñadas a coser, tejer y bordar, que eran las artes domésticas apropiadas. Antonia estaba interesada en el diseño de modas hasta que su hermana Mercedes le sugirió que aplicara para una beca en la conocida escuela nacional de arte San Alejandro. Al graduarse en 1958 Antonia ya era una verdadera pintora.
Los años 60 fueron prolíficos. Antonia exhibió por primera vez en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, en su Salón Nacional de1960. Cuatro años después tuvo allí su primera exhibición personal de ensamblajes. Sus obras ganaron premios y  fueron presentadas en museos de Brasil, Venezuela, Ciudad México y Tokio. Pintó su obra maestra en 1963, el cuadro “La anunciación”. Ese sigue en exhibición permanente en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana junto a otras seis obras suyas.

En 1966 ganó una beca de arte de la Organización Educacional, Científica y Cultural de Naciones Unidas. Por seis meses viajó a España, Italia y Francia y experimentó con nuevas técnicas de grabado y dibujos en tinta.
Como profesora de la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán de 1965 a 1969, Antonia tuvo como alumnos a Tomás Sánchez y Ever Fonseca, entre otros buenos pintores. Allí se ganó el respeto y la admiración de los artístas cubanos jovenes. “Ella me enseñó a ver”, dice Sánchez.

Sin embargo, después de la muerte de su madre en 1968 Antonia dejó de pintar  --una acción interpretada por muchos como una respuesta a las críticas de las autoridades del Consejo  Nacional de Cultura hacia su trabajo. Aunque ella nunca lo reconoció, ciertamente la presión sobre los artístas para trabajar “.recuérdese que era la antesala de la parametración y el "quinquenio gris",llamando a la puerta del arte cubano de la época .que tuvo su colofón en el  Congreso  Nacional de Educación y Cultura de 1971 donde se censuró todo lo habido y por haber. Recuerdese al poeta Heberto Padilla. En el centro de la polémica estaba el libro de poemas de Padilla, “Fuera del juego”. Este libro, que incluía un poema dedicado a Antonia, fue prohibido por su contenido "contrarevolucionario".

A principios de los 70 Antonia ya se había retirado tranquilamente a su casa de Juanelo, donde todo el mundo la conocía. Preocupada por ayudar a otros a desarrollar sus destrezas y confianza,  comenzó a enseñar a sus vecinos a trabajar el papier maché. Pronto la gente de Juanelo empezaron a colectar periódicos viejos y aprender a dibujar con líneas y puntos,  pintar con Mercurocromo y esculpir con pasta de harina de trigo. Los vecinos se encontraron creando mariposas, serpientes y máscaras sicodélicas...una adelantada acaso?
Los niños crearon su propio teatro con sus propias palabras y mascaras. Todo ésto fue captado en el documental Arte del pueblo, ganador de un premio internacional de cine. Después, Antonia viajó por la isla entrenando maestros de artesanía.Su estilo me recuerda mucho al de Fidelio Ponce de León otro"atormentado" de la pintura cubana del siglo XX.
Hoy en Cuba los turistas pueden comprar ropas entintadas y artesanía de papier maché descendientes de éstas modéstas técnicas enseñadas por Antonia. De las semillas que ella sembró, incontables familias ganan su vida con trabajo creativo. Todo comenzó porque Antonia tenía una inconmovible creencia en el poder creador de la gente.
"Todo el mundo puede dibujar, crear y pintar" decía ella. Cuando creamos desde nuestro corazón somos como Dios.  Aún si al final resulta una gallina de papel color púrpura, el proceso creativo por sí mismo puede transformar todo su ser. Antonia vió ésta transformación en gente que nunca se imaginaban ser creadores.

En 1991 el trabajo personal de Antonia sale de nuevo a la luz. Con la ayuda de un grupo entusiasta de estudiantes de arte, se monta la exposición personal “Reencuentro” en la galería de Galiano en La  Habana. Allí se mostró una notable colección de trabajos restaurados de los 60, incluyendo óleos, dibujos, grabados y ensamblajes
En 1993  había emigrado a  Miami, como  Ave Fénix ,Antonia salió de su autoimpuesto retiro y volvió a pintar a escala grande. Su primera exhibición de nuevos trabajos en 25 años   “Antonia Eiríz se expone” en la galeria de Weiss y Sori en Coral Gables  presentó grandes óleos y tintas sobre papel con gran éxito de concurrencia.

Cuando murió, Antonia estaba en el proceso de pintar para una exhibición personal en el Fort Lauderdale Museum of Art. En 1995, el museo mostró las  obras que había terminado junto a otros trabajos previos en una exhibición póstuma acertadamente titulada “Antonia Eiríz: Tributo a una leyenda”.
Ya se quien es Ñica Eiriz ya no entrará más en la rotunda galería de los olvidados....




Manuel Cisneros Pinto
2 de diciembre del 2010
2.15AM

La muerte en pelotasLa muerte en pelotas
El dueño de los caballitosEl dueño de los caballitos
La  AnunciaciónLa Anunciación

Antonia EirizAntonia Eiriz

2 de diciembre de 2010 a la(s) 10:26
Antonia Eiriz (La Habana, 1929 –Miami, Estados Unidos, 1995)
Ayer oí hablar de ella por primera vez ..tal vez porque como pasó con otros artistas del patio al decidir radicarse en otras orillas si no se censuró fue lanzada al piélago del olvido, me propuse investigar después de mostrar mi brutal ignorancia y despues de leer varios articulos por Internet me decidí a hacer este escrito.  

Cursa estudios en la Escuela San Alejandro entre 1951 y 1957. En 1952 participa en su primera exposición colectiva junto a Manuel Vidal, Fayad Jamís, Guido Llinás y Antonio Vidal en el Salón de Actos de la Central de Trabajadores de Cuba. En 1957 realiza su primera exposición personal en la Iglesia de Paula, La Habana. Dos años más tarde interviene en el importante Salón Anual de 1959, Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana, donde se reúnen importantes figuras decisivas en el arte de los años 60. En el primer lustro de esa década es invitada a participar en importantes eventos como la Segunda Bienal Interamericana de México, la VI Bienal de Sao Paulo, en la que su trabajo obtiene mención de honor, entre otras. En 1962, inicia su trabajo como profesora, primero en la Escuela Nacional de Instructores de Arte (ENIA) de La Habana, hasta 1964 y entre 1965 y 1969 imparte clases en la Escuela Nacional de Arte (ENA) de La Habana. Primer premio en el Segundo Concurso Latinoamericano de Grabado, convocado por la Casa de las Américas en 1963, al año siguiente realiza en Galería de La Habana una de las exposiciones más importantes del momento por la calidad y fuerza del conjunto presentado. Es invitada a exponer la impactante muestra en el espacio dedicado a El Artista del Mes en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana y dos años después exhibe sus obras junto a Raúl Martínez en la Casa del Lago, Universidad Nacional Autónoma de México, México DF. Al año siguiente es invitada a participar en el XXIII Salón de Mayo de París. Recibe la Orden por la Cultura Nacional en 1981 y dos años más tarde, la Medalla Alejo Carpentier. En 1985 se presenta la exposición Antonia Eiriz, en el Espacio Cultural Latino-Americano, París, Francia y en 1989 se le confiere la Orden Félix Varela, la distinción más alta en el ámbito de la cultura otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba. En 1991 Antonia se presenta ante el público cubano con la muestra Reencuentro, Galería de Arte, Galiano y Concordia, La Habana y en 1994 obtiene la Guggenheim Foundation Fellowship, Nueva York, Estados Unidos. Después de su fallecimiento el Museo de Arte de Fort Lauderdale, Florida, organiza la exposición Antonia Eiriz: Tribute to a Legend, septiembre a noviembre de 1995.

Fallecida en Miami en 1995, ciudad a la que había llegado dos años antes, Eiriz sigue siendo una referencia sólida para cualquier pintor cubano residente o no en la Isla.Emblema del expresionismo, Eiriz fue profesora de varias generaciones de pintores, creó con libertad —como le dictó su personalidad desenfadada—, vivió intensamente y dejó una huella profesional que resiste las corrosiones del tiempo.Era un espíritu que era contrario a la monotonía y la rutina
los coleccionistas de arte cubano, y otros que tuvieron la suerte de conocer  su obra, la conocian como Antonia Eiríz, una extraordinaria artísta cuyas pinturas evocan la angustia tanto como el asombro.  Era conocía como Ñicana mujer tímida, sin pretensiones y supremamente compasiva, con una sonrisa de Mona Lisa y un punzante sentido del humor.

Con frecuencia la gente le preguntaban qué significaban sus pinturas. Ella nunca explicaba. "Mi pintura significa lo que tu ves en ella, decía  y sonreía. Para mí, lo que veo es dolor y amor, un amor por la humanidad tan grande que no puede soportar la inhumanidad del hombre contra el hombre" Cualquiera que sea el significado, pocos pueden quedarse sin conmoverse viendo sus cuadros.


Uno de sus oleos, “Entre líneas”, estuvo entre las 100 obras seleccionadas por J. Carter Brown, director emérito del National Museum of Art de Washington, D.C., para la exhibición global celebrando los Juegos Olímpicos de l996. En “Anillos: Cinco pasiones del arte mundial” en el High Museum of Art  de Atlanta, “Entre líneas” estaba colgado próximo a “El grito” de Edvard Munch y a un paisaje de Vincent Van Gogh. El día que yo visité la exhibición, vi a una pareja encontrarse súbitamente frente al cuadro de Antonia y quedarse boquiabiertos. “Entre líneas” apabulló a la gente, me dijo luego J. Carter Brown
Antonia no pudo ver ésa exhibición. Murió de un ataque masivo al corazón en marzo de 1995, algunas semanas después de saber que su cuadro había sido seleccionado. “Ella tenía un corazón muy grande”, dijo Manuel Gómez, su viudo. “Por eso fue que se rompió’’.
Antonia nació el 1o. de abril de 1929 en Juanelo, un vecindario de las afueras de La Habana, Cuba. Sus padres eran inmigrantes pobres, gallegos del norte de España, y ella la más joven de seis hermanos. Vivian en una casa humilde, de madera, construida por su padre. Allí ella creció, pintó y enseñó hasta que ella y Gómez vinieron a Miami a vivir conmigo en 1993.

Antonia pudo haber crecido de una forma convencional como sus hermanas. Pero a la edad de dos años se enfermó de polio y quedo con la pierna izquierda dañada. La enfermedad la marcó como “diferente” y le causó mucho dolor  tanto físico como síquico  para el resto de su vida.

En esos tiempos, desde luego, las mujeres se educaban para casarse y tener hijos. Las cinco hermanas Eiríz fueron enseñadas a coser, tejer y bordar, que eran las artes domésticas apropiadas. Antonia estaba interesada en el diseño de modas hasta que su hermana Mercedes le sugirió que aplicara para una beca en la conocida escuela nacional de arte San Alejandro. Al graduarse en 1958 Antonia ya era una verdadera pintora.
Los años 60 fueron prolíficos. Antonia exhibió por primera vez en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, en su Salón Nacional de1960. Cuatro años después tuvo allí su primera exhibición personal de ensamblajes. Sus obras ganaron premios y  fueron presentadas en museos de Brasil, Venezuela, Ciudad México y Tokio. Pintó su obra maestra en 1963, el cuadro “La anunciación”. Ese sigue en exhibición permanente en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana junto a otras seis obras suyas.

En 1966 ganó una beca de arte de la Organización Educacional, Científica y Cultural de Naciones Unidas. Por seis meses viajó a España, Italia y Francia y experimentó con nuevas técnicas de grabado y dibujos en tinta.
Como profesora de la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán de 1965 a 1969, Antonia tuvo como alumnos a Tomás Sánchez y Ever Fonseca, entre otros buenos pintores. Allí se ganó el respeto y la admiración de los artístas cubanos jovenes. “Ella me enseñó a ver”, dice Sánchez.  

Sin embargo, después de la muerte de su madre en 1968 Antonia dejó de pintar  --una acción interpretada por muchos como una respuesta a las críticas de las autoridades del Consejo  Nacional de Cultura hacia su trabajo. Aunque ella nunca lo reconoció, ciertamente la presión sobre los artístas para trabajar “.recuérdese que era la antesala de la parametración y el "quinquenio gris",llamando a la puerta del arte cubano de la época .que tuvo su colofón en el  Congreso  Nacional de Educación y Cultura de 1971 donde se censuró todo lo habido y por haber. Recuerdese al poeta Heberto Padilla. En el centro de la polémica estaba el libro de poemas de Padilla, “Fuera del juego”. Este libro, que incluía un poema dedicado a Antonia, fue prohibido por su contenido "contrarevolucionario".

A principios de los 70 Antonia ya se había retirado tranquilamente a su casa de Juanelo, donde todo el mundo la conocía. Preocupada por ayudar a otros a desarrollar sus destrezas y confianza,  comenzó a enseñar a sus vecinos a trabajar el papier maché. Pronto la gente de Juanelo empezaron a colectar periódicos viejos y aprender a dibujar con líneas y puntos,  pintar con Mercurocromo y esculpir con pasta de harina de trigo. Los vecinos se encontraron creando mariposas, serpientes y máscaras sicodélicas...una adelantada acaso?
Los niños crearon su propio teatro con sus propias palabras y mascaras. Todo ésto fue captado en el documental Arte del pueblo, ganador de un premio internacional de cine. Después, Antonia viajó por la isla entrenando maestros de artesanía.Su estilo me recuerda mucho al de Fidelio Ponce de León otro"atormentado" de la pintura cubana del siglo XX.
Hoy en Cuba los turistas pueden comprar ropas entintadas y artesanía de papier maché descendientes de éstas modéstas técnicas enseñadas por Antonia. De las semillas que ella sembró, incontables familias ganan su vida con trabajo creativo. Todo comenzó porque Antonia tenía una inconmovible creencia en el poder creador de la gente.
"Todo el mundo puede dibujar, crear y pintar" decía ella. Cuando creamos desde nuestro corazón somos como Dios.  Aún si al final resulta una gallina de papel color púrpura, el proceso creativo por sí mismo puede transformar todo su ser. Antonia vió ésta transformación en gente que nunca se imaginaban ser creadores.

En 1991 el trabajo personal de Antonia sale de nuevo a la luz. Con la ayuda de un grupo entusiasta de estudiantes de arte, se monta la exposición personal “Reencuentro” en la galería de Galiano en La  Habana. Allí se mostró una notable colección de trabajos restaurados de los 60, incluyendo óleos, dibujos, grabados y ensamblajes
En 1993  había emigrado a  Miami, como  Ave Fénix ,Antonia salió de su autoimpuesto retiro y volvió a pintar a escala grande. Su primera exhibición de nuevos trabajos en 25 años   “Antonia Eiríz se expone” en la galeria de Weiss y Sori en Coral Gables  presentó grandes óleos y tintas sobre papel con gran éxito de concurrencia.

Cuando murió, Antonia estaba en el proceso de pintar para una exhibición personal en el Fort Lauderdale Museum of Art. En 1995, el museo mostró las  obras que había terminado junto a otros trabajos previos en una exhibición póstuma acertadamente titulada “Antonia Eiríz: Tributo a una leyenda”.
Ya se quien es Ñica Eiriz ya no entrará más en la rotunda galería de los olvidados....




Manuel Cisneros Pinto
2 de diciembre del 2010
2.15AM

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Antonia EirizAntonia Eiriz

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