domingo, 4 de enero de 2015

El maquinista del tren no se ha bajado... sólo ha cambiado de estación

El maquinista del tren no se ha bajado... sólo ha cambiado de estación

4 de mayo de 2014 a la(s) 22:15
Toca cerrar el tema  Formell....toca pasar página  en apariencias ...Formell no murió; no puede haber muerto, no podrá morir jamás alguien que nos ha mantenido toda una vida bailando y que de igual manera seguirá haciendolo en el futuro. Formell y Van Van son un estilo de vida, una costumbre, una era...esas cosas no mueren...Formell no ha muerto! (Miren ese pueblo)
"Cuando se hable de la historia musical cubana; cuando la imaginación, o simplemente los recuerdos, o las vivencias diarias nos lleven a pensar en Cuba; inevitablemente, aún sin proponérloslo, saldrá a relucir ese contagioso nombre que es Los Van Van. Asi como la arquitectura es el reflejo mas real de la sociedad, Los Van Van han sido por cuarenta años la muestra de arquitectura musical que nos ha identificado tanto en Cuba como en el mundo entero. En sus letras, sus variados ritmos, sus frases populares, su costumbrismo, su evolución, se refleja la realidad cubana de las últimas décadas.
Me devuelvo a la niñez y recuerdo ese tocadiscos Ilga soviético,  con comejénes y demás, en donde solíamos escuchar Marilú, o Chirrín Chirrán, Fracasé; sonidos nuevos hacían sus primeros pininos en el arte popular cubano; un nuevo concepto de agrupación, con influencias de la música norteamericana, Jazz y Rock específicamente, en ese entonces casi prohibida en nuestra isla. Era interesante escuchar una sonoridad a lo Jethro Tull guarachando a lo cubano, una cadencia ritmica que no se podia enmarcar en ninguna categoría musical, pero que gracias a la maestría de su fundador y aún líder indiscutible de la banda, lograba hacer bailar al mas inválido de los hombres,y al más patón de los mortales, y la identificaba como una variante nueva de la música cubana.
Juan Formell incorporó magistralmente el bajo como elemento rítmico principal a su banda, así mismo se incorporaron la organeta, una sucursal de violines, la guitarra eléctrica, la batería y la flauta de sistema. Se readaptaron los arreglos vocales típicos del momento a la sonoridad de cuarteto. Mas adelante incorporan los trombones y sintetizadores; introducen el saxofón y los violines eléctricos. Asi, y sin miedo a enfrentar la crítica y la censura ardiente de esos tiempos, surgieron y fueron evolucionando nuestros Van Van: el grupo guía, referencia; la orquesta que con el tiempo se convertiría en el rostro de la cultura popular cubana en todo el mundo…la Leyenda. Con sus mezclas de changüí criollo con shake, pasando un sonido al que denominó "songo", y llegando a fines de los años 90 a lo que se denomina como "timba", el sonido Van Van es hoy un sello sin igual de nuestra cultura.
Su obra es tan extensa que sería imposible resumirla en un artículo; pero podemos repasar algunas de sus canciones, que de seguro traerán a todos innumerables recuerdos y vivencias.
- Marilú- Chirrin Chirran- TV a Color (momento en que se conoce la Tv a color en la isla)- Con el bate de aluminio (Incorporación del bate de aluminio al beísbol)- Hoy se cumplen seis semanas (himno de las escuelas al campo interpretado magistralmente por Israel Sardiñas)- El baile del buey cansao’ (un nuevo ritmo impuesto por su sonoridad)- Ven, recíbeme (a mi juicio una de sus mejores obras)- La Habana no aguanta más (refiriéndose a la constante emigración del interior de Cuba hacia La Habana)- El negro no tiene na’ (respuesta a una voz popular que anunciaba la muerte de Pedrito Calvo)- Eso que anda (título que se le dió a una gran epidemia de gripe en los años 80 en Cuba)- El guararey de Pastora- Anda ven y muévete (En mi opinion el Songo en su mayor expresion y a la vez la obra cumbre de su carrera)- La titimanía- Tranquilo mota- La Resolución- Sorpresa- Temba, tumba, timba- Esto te pone la cabeza mala- Arrasando- Varios discos de oro y platino; un premio Grammy, premio Mundial Especial de la Musica de World Entertainment Organization (Formell exhibe hoy uno de los tres premios existentes)La música popular cubana es algo que trasciende las fronteras de la isla y hasta hoy es una fuente de inspiración y creación en el mundo entero. Han existido muchos grandes: Antes fueron El Benny, Lecuona, Celia, La Aragón, Bola de Nieve, Roberto Faz, entre otros; en las últimas decadas se han destacado otros como Irakere, La Original de Manzanillo, La Orquesta Revé, Adalberto Alvarez y su Son, La Charanga Habanera, Los Latinos, NG La Banda, Ritmo Oriental, Aliamen. Pero hay un nombre, que mas que un nombre es una costumbre, una leyenda popular, parte del carácter y la naturaleza de las últimas generaciones de cubanos; ese nombre curioso, atrallente y con un sentido optimista que se hace notar es Los Van Van, la gran obra de nuestro Formell.
El fallecimiento de Juan Formell, símbolo y paladín de la música bailable de la música cubana, ha generado muchos comentarios, lo cual ofrece una imagen ideal de la trayectoria del gran músico.

En 44 años de dirección de Los Van Van, Juan Formell   pasó por muchos avatares. Poca gente sabe que conformar su propia orquesta fue un empeño bastante problemático; no olvidemos que la separación de Juan de la orquesta Revé ocasionó la salida de casi todos los integrantes—los mejores— de la orquesta del changuicero de Guantánamo.

Todo ello ocasionó un sinnúmero de complicaciones propias de aquellos tiempos. Fue el Director de Música del Consejo Nacional de Cultura, Julio Bidopia, quien pudo dar soluciones al tan complicado asunto de crear una nueva orquesta para Juan Formell.

Posteriormente, cuando el estreno de la orquesta en La Rampa el 4 de diciembre de 1969, Formell tuvo necesidad de pedir equipos de audio al director del grupo rockero Los Dada. “Tú no me conoces –dijo Juan a Raúl Pastora – pero voy a estrenar mi orquesta hoy y necesito de ti”. “Toma lo que necesites”, le contestó Pastora.

Otros instrumentos —el bajo eléctrico— tuvo que traerlos del exterior, dada las dificultades de mercado en aquellos días. Después, la historia es larga y tendida: trabajos muy comprometidos en campos de caña, en albergues, baños sin techo, ómnibus destartalados y todo tipo de inconvenientes que se presentaron en la legendaria Zafra de los “Diez Millones” de 1970.

En la primera etapa, los cambios renovadores en la orquesta fueron tales que César Pedroso “Pupy”, pianista de la banda, tuvo intenciones de abandonar la nave provocado por la rareza de los cambios técnicos de Juan. “Ahora tu no me puedes dejar embarcado, en este momento tan difícil”, le dijo Juan a Pupy. Ese es un hecho que casi nadie sabe.

Los Van Van hicieron cambios bien complicados en la técnica tan conocida de “tónica-dominante”, en el “tiempo fuerte”, en la instrumentación, realmente Los Van Van es un combo con violines y, después con trombones, un híbrido bien raro para aquellos tiempos.

Las críticas de la prensa a Los Van Van en la primera etapa no fueron pocas, baste leer la prensa de aquellos tiempos. El tan llevado y traído tema de los textos “vulgares”, “chabacanos” de “mal gusto”. Justificación, en la mayoría de los casos, para “parametrar” una música de inspiración popular. La historia de la música bailable, desde la colonia, está llena de esos ejemplos de menosprecio a lo popular.

En etapa de Los Van Van, el mérito mayor de Formell fue mantenerse en la resistencia de la música bailable ante la avalancha de la música de acero, electrónica, de Los Beatles, que invadieron al mundo entero.

Los Van Van, como se quiere hacer ver hoy día, no siempre ha sido la banda insignia, de vanguardia musical. Ellos tuvieron que afrontar verdaderas explosiones musicales, en la década de sus inicios, de 1970. Y las enumero: Irakere, Rumbavana, La Ritmo Oriental, Estrellas Cubanas, Los latinos, La Monumental, Los Reyes 73 con el Lele, uno de los cantantes de Juan  Formell.

Antes de terminar esta década aparece el conjunto Son 14, que estremeció las montañas de la Sierra Maestra y después a toda Cuba.

En la década de 1980, luego de la visita de Oscar D´ León, aparece la explosión del Charangón de la Revé, con el piano y las orquestaciones de Juan Carlos Alfonso de Bejucal. Antes de concluir esa década de 1980, surgen el 4 de abril de 1988 NG La Banda, con José Luis Cortés, artífice del Boom de la Salsa de la década de 1990. 

Rápidamente aparece Juan Carlos Alfonso con el Dan Den y la voz de Pablo Fernández Gallo (Después Paulo FG). En esa misma fecha se funda la orquesta Charanga Habanera con violines y flauta (después cambia su formato en 1991 a banda con metales).

En la década de 1990, Los Van Van tuvieron  que enfrentarse a la explosión de las tres voces líderes de la salsa: Isaac delgado, Paulo FG y Manolín, el Médico de la salsa.

En esta etapa del Boom, hay que recordar uno de los acontecimientos más resonantes de Los Van Van: En 1989, cuando comenzaba el Boom de la salsa cubana, Formell pidió un deseo muy grande, romper el bloqueo musical de los Estados Unidos, llegar hasta la meca de Nueva York y demostrar allí que Cuba es la Reina de la salsa, la timba y la música ritmática. Las visas fueron negadas por años. 

“Sé que vamos a gustar y triunfar. No es fácil, Compay, no es fácil, pero Van Van tienen para rato y por eso sigue ahí, esperando el triunfo final”, decía Formell a la prensa.   

Siete años exactos pasaron de aquellas palabras para que se cumpliera el sueño. La gira de Los Van Van por los Estados Unidos se concreta el 4 de diciembre (fecha de su estreno de la orquesta), de 1996 a febrero de 1997. Comenzaron por Puerto Rico y siguieron rumbo a Nueva York. 

“Después de haber recorrido el mundo, ¡por fin estamos en la ciudad que nos faltaba!”, exclamó Mayito Rivera en el primer concierto en Nueva York. “La salsa viene de Cuba y la traigo yo”, dijo Formell en un estribillo.

Cables de la AP, UPI, EFE y AFP informaban: “Los Van Van han logrado por primera vez permiso del gobierno de USA para realizar una gira por el país y su líder Juan Formell asegura que siempre regresará a Cuba porque es lo que la da su inspiración”. En una entrevista aparecida en Newsweek, Formell afirma que no se quedará en EE:UU: “me gusta vivir en Cuba, no tendría ningún motivo en Nueva York. La importancia de mi trabajo ha sido narrar lo que hay a mi alrededor (en Cuba). Si me voy de ese ambiente estaría vacío”.

“Al fin llegaron los cubanos”, “Los Van Van sacan chispas a los escenarios newyorkinos”, “Los Van Van atraen a miles de fanáticos en la Costa Oeste”, “Llegaron, tocaron y se ganaron los corazones”. Así decían los cintillos de los más reconocidos periódicos. 

El “gurú” de la salsa, Tito Puente, reconoció: “Cuando los músicos cubanos comiencen a llegar a los Estados Unidos, tendremos que volver a la escuelita”. Después de este estruendoso acontecimiento Los Van Van emprendieron una Gira Mundial que llegó hasta la Tierra Santa.

En 1997 Los Van Van, con Juan Formell a la cabeza como Presidente del Comité Organizador, imponen el “Record Guinness” de El son más largo del mundo, en La Tropical, el imperio de la salsa, cinco días (cien horas), con miles de músicos y cientos de agrupaciones.

El mérito de Los Van Van consistió, a la larga, en mantenerse en el maratón de la resistencia para entrar en esprínter final en la meta de la salsa y la timba con el Grammy (Van Van is here/ Llegó Van Van), que dio nueva vida a la música bailable cubana.

La verdadera historia de las horas de vuelo, viajes, estancia en hoteles, horas tocando, nunca se llegará a saber. A esta hora muchos “sabios” de la música están haciendo un inventario de la obra “estética”; cuando realmente lo que hay que medir es la huella que se deja sobre la tierra, los aportes en la unión, la identidad y la alegría en la música cubana.

Hay que resaltar el talento casi genial de Formell, su tenacidad de “jesuita”. Su disciplina y méritos lo llevan a convertirse en líder, paladín y capitán de la música bailable en la etapa de fin del milenio, en uno de los momentos lamentables en que más se fustigó la música bailable del pueblo cubano.

Esa es la verdadera historia, la historia básica, usando un término de Juan de Marcos González, líder del Buena Vista Social Club. Lo demás es leyenda, esta es la verdadera historia de la trayectoria deLos Van Van y de buena parte de la música bailable de la segunda parte del siglo XX.

Ojalá esta euforia de identidad sirva para seguir defendiendo la música bailable que no es solo obra de Los Van Van. La música bailable —como decía el propio Juan  Formell— es fruto y mérito del propio pueblo bailador, que es quien ha mantenido la antorcha de la unión, la identidad y la alegría cubana. 


El maquinista no se bajó del tren....sólo cambió de estación

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